Ludita

—¿Por qué tienes esa cara de idiota?
—Así me veo cada que pienso en tu mamá.
—Eres un pendejo. ¿Dónde está mi avance?
—Aquí. —Le enseño el teléfono.
—¿De cuando acá tan tecnológico? Si a ti te caga la tecnología.
—Juan Pablo, no me dio tiempo de imprimir.
—Ah, fuiste la peda que te dije. Muy bien cabrón. Seguro te conseguiste una /amiguita/.
—Wey, neta, tú eres el pendejo.
—Tu empezaste, y nunca me respondiste porque la cara de idiota y dónde está mi avance.
—Si necesitas saber, pinche metiche, si fui a tu fiestecita y me quede dormido. Mi hermana, que pasó a recogerme… Muchas gracias por mandarme el carro solo a dejarme…
—No Mamés, ya puedes pedir un carrito.
—¡No es el punto! En todo caso, mi hermana pasó por mi me llevo a su casa, con mi sobrino enfermo. No dormí mucho y me quede dormido hasta que ella me habló.
—¿Ella?
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