Otras 48 horas

Cinco llamadas. Solamente cinco llamadas. Una de un asco de ser humano que le hizo correcciones a algo. Dos recados de dos diferentes revistas, otra con el itinerario de su visita a Madrid y por último, una de una joven. Me pareció que se oía joven la muchacha. Lo más curioso es que todos estaban muy agradecidos de que Lucas tuviera una asistente personal. La verdad, no sabía si ofenderme o no, y como no tenía ganas de discutir con desconocidos los dejé que pensaran lo que quisieran. Después de todo este acuerdo iba a durar muy poco tiempo.

Todo lo tenía anotado, tome fotos los recados y las subí a la nube del susodicho. Mientras me preparaba para marcarle, me di cuenta de lo mucho que había trabajado hoy. Al no tener que atender gente en el teléfono, complete muchas cosas pendientes. ¿Y si hacemos esto dos días mas? A lo mejor puedo terminar de codear las apps pendientes y también podría terminar esa prueba de concepto del videojuego en el que estamos atorados. La primera cosa positiva que había pasado desde que Arwen cayó en las manos de Lucas. Se lo pediré, y luego le voy a colgar como él lo hizo. Asi no tendrá tiempo de discutir.

Marqué el número de mi pequeña Arwen, sin demora responde:

— Tu teléfono suena todo el día.
— ¿Perdón? —conteste con un poco de pena.
— Tengo muchísimos mensajes para ti y no sé por dónde comenzar.
— Pues, por el primero. —respondí—. Y cuando termines, te callas.
— Muy bien Alicia.

Olvide que Lucas es escritor, y que seguramente entendería mi referencia. Uno a uno me leyó todos los mensajes. Anoto cuidadosamente las tareas en mi libreta y las respuestas que voy a tener que enviar por correo. Cada mensaje que pasa, estoy más contenta con el arreglo que le voy a proponer. Muchas de estas personas solo quieren hablar innecesariamente. Un mensaje de texto o correo es suficiente para atender su solicitud.

— Gracias. Tú solo tienes cinco mensajes.
— ¿Solo cinco?, debes darte cuenta que no soy tan popular como tu.
— Realmente no sabes lo que dices-
— Si lo sé, mira tus 25 mensajes y los cinco míos.
— Pero tú si puedes dedicarte a trabajar en tus cosas, mientras que yo debo responder a toda esa gente.
— Me parece que tienes un punto, entonces dime quién me llamo.

Procedo a decirle de sus mensajes.
— Y por ultimo dice Lucia que esta muy apenada por lo que sucedió anoche. Que te comuniques con ella para platicar…
— ¿Es todo?
— Sí —los dos nos quedamos en silencio. Me sentí un poco incomoda así que decidí continuar—. Quiero pedirte un favor.
— ¿Qué será?
— ¿Podemos seguir con este acuerdo un par de días más? —la línea se quedo en silencio un tiempo más.
— Esta bien, pero solo 48 horas mas.
— Gracias, y no te olvides de llamarle a Lucia, no es bueno dejar esperando a una chica—. Colgué.

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