El Auditorio

Esta haciendo mucho frio. Ni siquiera el café que tengo en cada mano me ayuda a luchar contra la sensación helada. Siento como todos mis músculos se contraen para tratar de luchar contra el inclemente vientecillo, y luego recuerdo que me va a doler hasta el pelo por andar haciendo estas cosas. Y trato de relajarme. ¿Dónde esta el maldito de José? Habíamos quedado que me iba a abrir la puerta y yo le traía el café. Bueno, si, los dos andamos arriesgando el pellejo: si alguien se entera que me dejo entrar al auditorio sin permiso…Pero vamos, son las 11 de la noche y estaremos solos. Aparte si el que es el vigilante no dice nada, yo menos.
Mi sueño siempre ha sido subirme al escenario, y cantar, o actuar, o bailar. Pero soy demasiado tímida, tengo una voz que suena como gatos atropellados, memoria de teflón y dos pies izquierdos. Así que ese sueño nació mal desde el principio y la única manera de realizarlo es esta. Al principio creí que con solo estar involucrada sería suficiente, pero no. Soy pésima asistente, me distraigo recitando las líneas de los actores y se me pasan los momentos en los que tengo que mover luces o cortinas. Me la pasó tarareando letras de canciones y siempre esta allí, el escenario, llamándome. Esta es la única manera. A solas.
En fin, José me tiene que abrir ya o voy a terminar tomándome su café. Y hasta párese que me escuchó porque allí viene. Me abre, se disculpa, recibe su café y me acompaña por el pasillo que lleva hacia los camerinos. Me dice un montón de cosas para asustarme y que no toque nada y que solo las luces y no se que tanto. Yo le recuerdo que ya he estado allí antes y que no pienso prender los micrófonos y que todo saldrá bien. Por fin se va a dar su ronda.
Sólo un reflector sobre mi, subo el apagador y se ilumina un pequeña sección. Dejo mi cafe en una mesita y camino hacia la luz. Mis pasos suenan en el vacío del edificio, como balazos al tiempo que late mi corazón. ¿O será que lo que escucho en realidad es el latir de mi corazón y no los pasos? Respiro profundo para recordarme que no hay nadie, nada pasará. Aun así suenan demasiado fuerte. Me detengo a la mitad del circulo de luz. Ajusto mu bufanda y meto mi mano a la bolsa del pantalón, de donde saco lo que voy a decir… tratar de decir. Respiro profundo para serenar mis nervios y comienzo:
Deseo que… tembló mi voz.
Deseo que llegue el día… no demasiado bajito. Un poco mas fuerte.
Deseo que llegue el día en el que perdonare lo pasado. 
¿Escogí mal el camino?, dije con mas confianza. Levante la mirada hacia las gradas vacías. Y regrese rápidamente a seguir leyendo.
Asegúrame que algún día me dirás sonriendo que eres feliz. 
Entretanto, yo guardare mis recuerdos mientras son hermosos.
Silencio. Y un pequeño sonido al final. ¿Aplausos? Se acercaban. José.. Sabes, me dijo. Tal vez tu no puedas estar en el escenario, pero eso que acabas de decir claro que puede. Y entonces lo imagine, imagine escribir y que hubiera actores, y que hubiera gente aplaudiendo y que estuviera yo al pendiente, y que estuviera yo en el escenario pero sin estar.
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